NARANJA OCASO by Noemí Montañés Fernández

         Amaneció el día extrañamente soleado, Doña Águeda con un vaso de plástico que contenía un chocolate deslavazado pero reparador y con una manta grisácea pero acogedora cubriendo sus hombros. Estaba sentada en un banco del refugio donde les habían evacuado cuando se desató la una gran tormenta. Los relámpagos y los truenos se daban…