Extraordinario microrrelato fantástico nos deja hoy nuestra Mercedes G. Rojo. Os invitamos a leerlo.
Etiqueta: Mercedes G. Rojo
Entre la hojarasca by Mercedes G. Rojo
Regresar al pasado es posible, nos relata Mercedes G. Rojo quien, entre la hojarasca, retorna a su niñez.
Selene by Mercedes G. Rojo
Mercedes G. Rojo nos cuenta cómo la protagonista de este relato desvela el misterio de su nombre dándole explicación al don que tiene desde su nacimiento.
Lluvia en Florencia by Mercedes G. Rojo
Un relato escrito con la especial delicadeza a la que nos tiene acostumbrados Mercedes G. Rojo. ¿Magia o fantasía?
EL SALTO DEL ÁNGEL by Mercedes G. Rojo
Despertó sobresaltado con un rumor de algaradas colándose por la ventana entreabierta sobre el canal. Una tenue luz con color de primavera se filtraba entre los visillos proyectando sobre el suelo la sombra ojival de la ventana que dotaba la estancia de una atmósfera de épocas pasadas. Sobre un baúl, a los pies de la…
LOS OJOS DE LA NOCHE by Mercedes G. Rojo
Habían avanzado las nocturnas sombras hasta bastante más allá de la medianoche cuando la DKW de color azul se internó en el camino de Las Eras. Sentada en la parte de atrás de la furgoneta iba adormilándose con el traqueteo del vehículo sobre aquellos irregulares caminos. La jornada había sido larga y cansada. Con sus amigos,…
Livia Afrodita by Mercedes G. Rojo
Hoy, Mercedes G. Rojo nos cuenta una historia fantástica sucedida (¿realmente?) en el Museo de Córdoba.
Bajo las aguas by Mercedes G. Rojo
El reclamo de un ayer terminado en muerte; las voces de los habitantes de un pueblo que un día existió sobre la tierra. ¿No escucháis sus ecos? Puede ser que sí; bastaría con leer este relato que hoy nos regala Mercedes G. Rojo.
Peligros indefinidos by Mercedes G. Rojo
Niebla y carretera vacía; el tiempo sale de su marcha normal y el peligro es indefinido: ello nos cuenta en este relato Mercedes G. Rojo.
Habelas, haílas by Mercedes G. Rojo
Lobos en la noche, aullidos y la ayuda de amuletos para alejar cualquier maleficio. No se sabe jamás dónde están, ni cuándo o por dónde podrán llegar las meigas. Por si acaso, es bueno escuchar buenos consejos, porque «habelas, haílas»; así nos lo relata Mercedes G. Rojo.