
Hola, me gustaría hablar con F.M.A.
Hola. ¿Si dígame? ¿Que le gustaría hablar con F.M.A? Diga, dígame, F.M.A. soy yo. Sí, sí, yo mismo.
Verá, le hablo del departamento de analítica de la policía. Nos gustaría hablar con usted respecto al incidente ocurrido en su casa la pasada semana.
Mandó pasar al policía que le había llamado hacía un par de días por teléfono. F.M.A dejó al felino en su rincón del sofá. Desconectó la televisión. ¿Qué demonios querría aquel policía del departamento de analítica? Se dirigió a la cocina, prepararía un café. Siempre es mucho más amena una conversación con un café delante.
El investigador quería interesarse por los acontecimientos del día en el que F.M.A. encontró al hombre muerto en su casa, resultó ser mucho más ameno y amigable que los polis que le habían interrogado anteriormente. Tomaron el café mientras hablaban de cosas sin importancia. Luego F.M.A. se interesó por el verdadero motivo de la visita del poli.
Pues de las pesquisas que hemos hallado en la autopsia, se ha llegado a la conclusión de que la persona que murió en su casa de un paro cardíaco, podría tener algo que ver con usted.
F.M.A. y su minino pusieron cara de pera.
¿Qué me dice? Jamás había visto a dicho personaje. ¿Cómo puede llegar a semejante disparate?
Bueno, yo personalmente no he sido, pero en el departamento de analítica, analizamos, o lo intentamos todo lo referente a las personas que nos llegan, de ahí el nombre del departamento. Y al cotejar adeenes, que es una de las primeras pesquisas que se llevan a cabo, resulta que su adeene y el del sujeto muerto, no podrían ser más semejantes.
El minino, al ver el color gris de su compañero y la transfiguración que pudo notar en toda su extensión, incluida la de sus pensamientos, saltó rápido sobre su regazo para hacerle notar que él estaría a su lado aunque algo grave se estuviera cociendo.
No, no comprendo. ¿Cómo es posible algo así? Yo no conocía la existencia de esa persona y dudo que él conociera la mía, salvo para venir a mi casa a robar. No entiendo nada.
F.M.A y el policía se miraron como para sujetarse uno en otro.

Manuela Bodas Puente, nace un 21 de octubre de 1955, en León, aunque a los tres años, llega a Veguellina de Órbigo, y ahí sigue. Desde pequeña le gustan los cuentos, los versos, y todo lo que tenga que ver con esos dibujos negros que pueblan los libros.
Por eso desde hace mucho tiempo, además de escribir para sí, escribe semanalmente en el periódico “El Faro Astorgano”, en el digital “León 7 días”, también en el periódico mensual de “La gaceta de Castilla y León”, único periódico dedicado a los mayores, colabora en un espacio dedicado a la poesía con sus Lolirías en patera. Colabora también con sus versos en la revista “Aldaba, Revista Literaria y Plástica” que edita la asociación Itimad de Sevilla. Con sus cuentos y versos para niños, también es asidua en la revista del colegio público de Veguellina de Órbigo “El eco del remolachín”. Desde hace años, participa en “Versos a Oliegos”, o en otro proyecto precioso que desde hace cuatro años, nació en León de la mano de la escritora Mercedes González Rojo, creado para el día de la mujer y en el que se visibiliza a mujeres olvidadas en un libro en el que cada año viene participando. Le gusta ayudar en la divulgación de la literatura y junto a Manuel Meléndez Vaz, trabaja en un proyecto actual de poesía en Internet, llamado “León También es Así” en donde se da voz, cada miércoles, a una persona distinta que quiera asomarse para recitar sus versos en el espacio “La ventanita”. Desde que en la biblioteca de “Río Órbigo”, se ha llevado a cabo “Poesía por Ciudad Juárez”, siempre ha estado presente. Enamorada de la lectura, es componente habitual del “Club de lectura” de Veguellina de Órbigo, y de cualquier acto que tenga que ver con las letras. Tiene dos títulos en su haber: “Gotas de vida, gotas de sangre” y un cuento infantil “En el nido del volcán”. Decir no, no está en su vocabulario a la hora de participar en cualquier evento en el que la literatura y el arte estén presentes, por eso es constante su participación en cualquiera de los actos literarios que en León y provincia, quieran contar con su presencia.
A veces se anima y envía algún trabajo a concursos literarios. Alguna buena sorpresa le han dado esas inmersiones, pero eso es lo de menos, lo de más, siempre siempre, es el placer de viajar por las letras.