Por descuido se accede a ellos. Uno piensa que está solo, pero una señal le confirma que pertenece a una casa, un refugio más allá de nuestra vida física que interactúa con la realidad. En mi caso es femenina. Agitada por dos abuelas que actúan unidas a una hermana de una de ellas. Tienen sombra de estilo, son buenas, carraspean y se sumen en dudas y fiascos triviales. Ud. se preguntará, si aquella salvaje afirmación es posible. Nada es real hasta cierto punto. Nada suma cuidados de la belleza del espíritu más que Ud. y su soledad, unido a la destreza por practicar amor.
Las generaciones anteriores le han situado –a Ud. y a mí– con dificultades en el paraíso de la genética, donde la energía consume carbono y utiliza la racionalidad para expandirse en sucesivas ráfagas. Hasta que un… ¡crack! Le avisa de ese mundo ampliado que preside una casa, con un grupo de señoras o señores que se aglutinan en su hemisferio esotérico.
¿Inútil someterse a la incredulidad? Vayamos con cuidado, en esta inmensa planicie de los tiempos, tal vez Dios no existe, pero si una inteligencia que Ud. ha conocido y ahora le protege. Al respecto una escritora muy respetada, Blanca Miosi me apuntaba en un comentario –en mi blog, hace unos años: “tenemos la tendencia de sentir admiración por alguien, creamos ídolos, (antes eran de oro y tenían forma de animales, creo que todavía existen) ahora son las estrellas rutilantes, las del espectáculo o los deportes. Creo que está en nuestra necesidad de emular a alguien porque sentimos a Dios cada vez más lejano e inaccesible” (1). Ante ello, se nos ocurre una pregunta:
¿Cuál es su casa… de los espíritus?
Notas:
(1) Comentario en Mundos. Bibliografía: Blanca Miosi, la Busqueda
J. re Crivello.
Director & Fundador de Masticadores
Barcelona (Vilanova i La Geltrú) Nacionalidad: española, italiana, argentina (Escapó de dicho país con 19 años). Escritor, editor y fundador de Masticadores. Sus blogs ha pasado la mitica barrera del millón de visitas. Ha publicado en El País, Clarín y Mundiario. Ha publicado 24 libros. Se define de la siguiente manera:
“A los 8 años leí La Biblia (una espléndida colección de mi abuela de 10 tomos ilustrada) pero no me hice religioso, luego El Quijote y una biblioteca entera propiedad de mi Tia Estela que devore en mi exilio. Mis padres se habían divorciado y mi alimento espiritual era la rutina del colegio (¡que horrible repetir sandeces!) y mis dos abuelas italianas que me sumergían en relatos sobre las vidas paralelas de sus familias en Los Alpes. Del colegio solo tengo un record Guinness: me enviaron a izar la bandera en un mástil de casi 100 metros y rompí el alambre que elevaba el símbolo patrio, desde aquel día… sigue sin solución el déficit de bandera.
Durante aquel exilio mi única amiga era mi prima hermana Mónica, escritora igual y soñadora. Bueno yo soñador y ella escritora.
Siempre pensé que sería escritor, lo que ocurre es que viví extraviado hasta los 50 años. Fui ayudante de albañil, vendedor de tonterías varias, guardia urbano, agricultor de temporada, friegaplatos, modelo de desnudos para dibujantes, traficante en pequeña escala de la Mafia griega, profesor de El Capital de Carlos Marx muy joven en la Universidad, empresario (he fundado 5 empresas, una ha cumplido 22 años). Y soy profesor de niños y jóvenes en mi trabajo actual”.
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MasticadoresMisterio Editora: Marcela Duque 